Viaje al grito

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…continuamos con el bonito coleccionable 13Rue babilonia, tebeos de 4 páginas para amenizar las esperas, aquí les dejo el número tres, una pesadilla paso a paso registrada en junio de este año…

Recuerdo de mi primera Votación

Adela y la aguja

Adela Punset se tragó, doncella entonces, una aguja de coser mientras fruncía su falda. Fue al desestambrarle la orilla cuando, en un suspiro romántico, se le engulló en el dedo una aguja del seis. Tras muchas radiografías, lavados de estómago y especulaciones, nada se supo de su paradero. Vagaba por su cuerpo, ese fue el diagnóstico.
Creció Adela con el temor de que un mal día le pinchara el corazón, despuntara por sus senos o deambulara por su cerebro cegándole el entendimiento.
Sus propios movimientos la alarmaban temiendo facilitar los de su huésped. Vivía angustiada.
Fue asomada en su pie la primera vez que la vio. Caminaba por la casa y notó su pinchadura. Se descalzó excitada, llena de gozo y porvenir; y la observó, encarada en su punta ya roma y erosionada en sus días.
Todo fue en vano. Cuando llegó el doctor Bertomeu, ya no estaba. Aquel día Adela lloró y aquella noche notó su avance tobillo arriba; como el ladrón que huye de las radiografías policiales. Estos episodios de pequeñas frustraciones la iban agotando.
Adela, lánguida y triste vivía junto a la muerte imprevista. Un dormir y no despertar, el fallecimiento en publico (ésto la horrorizaba considerablemente) o la diversidad de agónicas muertes que andaba imaginándose.
Su diferencia con los demás era la certeza de la causa de su muerte. La conocía, pues era del seis y rectilínea, acechando la panza de su ojal por sus costuras de carne para coser su mortaja. Y se espeluznaba.
Aunque la ciencia nunca confirmara sus imaginaciones, creía saber donde se encontraba la aguja en todo momento. Decía sentir sus andares y querencias, sus humores.
Confeccionó su vida a medida de su aguja. Los disgustos, sus tipos y variedades, determinaban su dirección, su dañina marcha. Era tal la correspondencia de sus males con el amartelamiento de sus manías que, llena de dengues, le huyeron las compañías.
Para el doctor don Anselmo Bertomeu, y así se lo decía, sus males, desgraciadamente, no se diferenciaban un ápice de los males de todos. Pero Adela, lánguida y sensible, no se dejaba engañar.

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…comenzamos con Adela, la buena de Adela, que de pequeño me regaló una chocolatina de naranja, nuestra sección Almacén de Conocidos…a los que ruego, si se sienten ofendidos, sepan perdonar mi atrevimiento al hacer una semblanza de sus ilustres vidas, algunas aún deambulando; otras, desgraciadamente para todos, languideciendo en las migajas del recuerdo cuando la vida ya sólo es hueso…(huesos, por cierto, en los que los arqueólogos pueden confirmar todo lo que digo)

¡Heil! Money

La Vida Elástica

Gran Café de Abastos

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Gran Café de Abastos, una de las grutas de El Abuelito…verán en una de las fotografías una reproducción del cadáver del Che Guevara colgada en la pared, ya que por aquel entonces veía sus similitudes con la Lección de Anatomía de Rembrandt..ésta última representaba el acto público de someter a un muerto a su disección, prohibida por lo eclesiástico y dejada practicar una vez al año…y aquella otra, también era la representación de otro acto público, asimismo con fines educativos…religión y estado, una misma ceremonia…

Job en el estercolero sostenible

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versión coloreada de un cartel para el Bar Continental…aparece en blanco-negro en el álbum Marisco.

La Gruta Maravillosa

Un Ojo Andaluz

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80 Aniversario del film «Un Perro Andaluz» de Luis Buñuel y Salvador Dalí (1929) con fotografía de Albert Duverger.

De cuando el cine exploraba su propio lenguaje…

Slumbertrip city

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13Rue Babilonia – Colección de tebeos de 4 páginas. #02

Puede que los tebeos de cuatro páginas fueran lo más adecuado para repartir en, por ejemplo, mercados municipales, horas de entierro, colas del cine, de parados o mientras se espera a quien siempre llega tarde. En fin, en cualquiera de esas circunstancias en las que el tiempo, ese vegetal que se mueve todos los días, se detuviera un rato.
Se podrían ojear mientras le quitan las tripas al pescado, o cuando esos últimos ladrillos, tan secos y finos, van tapiando el ánimo y el nicho…porque siempre fue el tebeo material para leer en la hondonada del tiempo, mientras se merienda o se le deja pasar. Su componente efímero, ese usar y tirar, es uno de sus grandes componentes, tanto como su misma gramática…todo lo demás es psiquiatría y ceremonia.