
Hay días en los que la tristeza invade a Dora. Se trata de esa tristeza que no mira. Y es cuando Dora se destiñe. Y cuando lo hace su piel se arruga. Enarca las cejas y las cejas le recuerdan que sufre…y le invade el miedo. Porque Dora es una mujer Perro. Con un hocico hambriento que quiere mirar con los ojos del perro. Y se entristece.
Dora está casada con un carnicero y tiene una hija que se llama Remedios. Dora mastica una galleta amparada tras la ventana de su habitación. Y a la vez que tritura, huele. Remedios mira a su madre con estupor de espejo. La observa a hurtadillas y sin lágrimas. Su marido la mira con deseo, un deseo procaz, de animal que suda. Dora en la luna llena y en camisón y en la noche y en las horas que no lo son. Sólo algún domingo siente Dora la felicidad que no lo es. Y satisfecha, llora. Un día quiso contarle a su hija que era una mujer perro ¿cómo anunciárselo? Remedios cuando niña vio un pájaro aplastado, turbio, gris y en la calzada.-Llora, Remedios- le dijo Dora. Pero Remedios no pudo.
Mientras la luna llena palpita sola Dora recorre los tejados, se introduce en las terrazas, desciende a los deslunados y acecha tras las ventanas mientras la noche enfría la vida ¿cómo decírselo? Porque cuando las palabras adquieren significado la vida cesa. Y Dora compra en un colmado. Y en la tienda de calzado rebusca entre los pares. Y en el estanco lame un sello. Y Carlitos ha desaparecido. Remedios, entonces, siente escalofríos y de reojo le grita a su madre lo impuro del tiempo, la delgadez de la vida y esa caricia que es la oscuridad.
Apacentando su sueño ¿cómo decírselo cuando las tejas se enfrían?.
Remedios despierta en la noche sin pesadilla. Con sus orejas. Cuando el esposo de Dora corta la carne lo hace firme, de un tajo, con su manguito de hierro. El cerdo es más económico que el cordero y éste que el buey. Quedan pocos bueyes. Con gusanos se consigue un buey. Dora mira al joven que come en otra ventana. Apenas ve sus cejas, tan finas, tan escasas, Sus dedos son torpes y el tenedor apenas se hunde en la grasa. ¿Mamá, qué es el olfato y porqué gritan en las habitaciones?
A veces sueño que te veo entrar por mi ventana. Jadeas en lo oscuro y después me acaricias ¿cómo decírtelo? Llora, Remedios, llora (no puedo – jadeo).
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Dora, la mujer perro – de la serie «Almacén de conocidos»