Hace algunos años, 1982, se presentó Vldmir en mi estudio. Taciturno y silencioso. Para ensayar sin parar con sus insectos. Y sobre estar la mayor parte del día juntos, apenas me hablaba; y yo, comencé a intrigarme.
Una semana más tarde me pidió carteles para esos números que estaba perfilando…y mientras pude ver las evoluciones de sus insectos, tomando apuntes, desapareció.
Sólo una nota encontré en mi gabinete, escuetas palabras: “Violette me ha abandonado”.
Violette Zevra era su compañera. También domadora de lo imposible, risueña y extremadamente reservada. Yo, por supuesto, dibujaba sus carteles. Trabajaba con pájaros, generalmente gorriones. Y era-es la persona más amable que uno puede conocer. Había dejado a Vldmir.
Conocía su paradero y se lo oculté a Vldmir; puesto que Violette así me lo había pedido. No sé más.
8 actuaciones pretendía efectuar Vldmir en el lavadero municipal de Manises. Más tarde recibí un telegrama del propio Zevra instándome a que colocara la carteleria en dicho lavadero. Así lo hice. Y hoy eres tú, querido lector, quien puede volverlos a contemplar.